Vamos a explicar la evolución de nuestra vida, en tres etapas
" Infancia y Adolescencia, Madurez y Vejez"
Lo primero que vamos hacer es ordenar los Arcanos mayores desde el 1 hasta el 21, y el
Loco lo dejaremos libre, Loco: esta carta como veis no tiene número.
INFANCIA
Y ADOLESCENCIA
Si interpretamos la evolución de la
vida de una persona, nos preguntamos ¿Quién
es el Loco? el Loco somos nosotros, en el primer momento que
empezamos una vida, nos lanzamos, el momento en el que nos engendran, en el instante en el que el alma decide empezar una vida para realizar su aprendizaje.
Como tal lo sabe todo, pero lo ignora, O si se prefiere tiene todos los dones,
todas las verdades, todas las alegrías, todas las maravillas del mundo visible
e invisible, pero no tiene consciencia de ello.
Se tiene que someter a todas las
pruebas de la existencia para desarrollar sus facultades.
El Mago nos
habla de los recursos que todo ser humano tiene cuando nace, nadie tiene solo
defectos, ni nadie que sea perfecto.
El que se busca a sí mismo encuentra al Mago. Es un Mago o un Ilusionista, ¿Cuál es la diferencia entre
los dos? es fundamental, el Mago
ejerce el poder de su voluntad sobre el mundo de la naturaleza y de la vida,
mientras el Ilusionista nos crea
ilusiones, nos engaña acerca de la realidad de las cosas, "No es oro
todo lo que reluce".
Los hombres somos culpables de tantos dramas, crímenes, horrores en el
mundo, que nos cuesta imaginar que la magia está en nosotros, por el poder de
la voluntad que actúa sobre todo lo que es.
La Sacerdotisa nos dice: Para que la voluntad tenga efectos y sea fructífera, hay que
utilizarla correctamente.
La voluntad desenfrenada, corre el
riesgo de dispersarse, de ser desprestigiada. Será estéril, sin sentido o
irreal. Necesita un molde para tomar una
forma distinta, límites para poder sacar todo su potencial y lo mejor de ella
misma. Necesita un objetivo. Se definen los límites tomando medidas, pesando,
evaluando, estimando y clasificando.
La Sacerdotisa es la Abuela, pero también la capacidad de conocernos a
nosotros mismos. Necesitamos un objetivo, definir los límites
tomando medidas, sopesando, evaluando, estimando y clasificando, estamos en el Universo de la Razón que restringe, retiene, fija y
concentra. Si fijamos nuestra atención en algo, entonces esto existe, de otro modo,
puede que pasemos por su lado y no la veamos.
La Emperatriz nos habla de Sí la sabiduría se basta así misma, si la razón gana
sistemáticamente, si nos estancamos definitivamente en un estado de repliegue,
si tomamos constantemente medidas y nos
imponemos límites demasiado severos nos volvemos estériles.
La voluntad unida a la sabiduría
tiene que reencontrar el júbilo y franquear la puerta de la expansión para ser
fecunda. La Emperatriz también es la
creadora, la madre que nos cuida y nos mima. Para que esto ocurra, tiene
que actuar, sembrar, producir, dar a luz y crear.
Tiene que reproducirse hasta alcanzar
el infinito, tiene que ser igual a la semilla, tiene que desear volverse
planta, árbol o fruta y abrirse plenamente. Tiene que sentir la alegría de
actuar. El Emperador pone orden y enseña valores, el padre. Al afirmarse el mismo,
se distingue del caos, sale de lo informe, y se impone como un ser
completo en el mundo de las apariencias.
El Sumo nos dice hay que seguir nuestro camino sin desfallecimiento, nos hace falta un
soplo, un aliento, una respiración lenta, profunda y un corazón en reposo,
representa al abuelo pero también es el maestro.
El Enamorado nos dice es el amor lo que permite que dos seres se aten, pero también nos habla
de decisiones futuras que debemos tomar.
Al final de esta etapa con el Carro, cogemos las riendas de
nuestra vida, lucharemos contra todo que sea susceptible de dar marcha
atrás.
MADUREZ
Este es una etapa realmente ardua.
Comenzamos con la carta de la Justicia, una vez en la frontera de
la vida, donde se hallan sus orígenes, no tenemos otro retorno posible que el
eterno retorno, un eterno recomenzar, una inmensa armonía en la que todo se
encuentra perfectamente en su lugar, a partir de ahora tenemos que analizar y sopesar todo lo que decidamos, valorar pros y
contras. Tendremos que tomar compromisos, buscar el equilibrio, pero es un
orden tan perfecto, que tiene algo de terrorífico, de ineluctable.
También nos habla de papeles, que en esta etapa tiene gran
importancia.
El Ermitaño
nos dice, tenemos que tomarnos tiempo,
no precipitarnos para hacer las cosas bien, y también nos dice que debemos
buscar tiempo para encontrarnos a nosotros mismos.
El soplo es el espíritu, es un poco
como una serpiente que ondula y produce energía, pensamientos, deseos, actos. Pero
el que sigue la serpiente, o el que se deja seducir o encerrar por ella, es un
producto de los pensamientos, deseos, actos que generamos nosotros mismos sin
saberlo.
La Rueda
nos dice cada pensamiento se convierte en acto; cada causa se transforma en
efecto; la Rueda de la vida gira sobre su eje y el soplo, la serpiente, la vida
y el espíritu son arrastrados por ella. Tendremos que mover las
circunstancias para evolucionar mejor. ¿Pero quién hace girar la
Rueda? la mano, ya que esta rueda tiene una manivela de una mano, es decir una
conciencia toma y hace girar. Si la conciencia dirige la mano, entonces la mano
puede ser el espíritu
dominado, si el espíritu es dueño de la mano, entonces nosotros conocemos el destino.
La Fuerza nos
dice si tenemos un espíritu, una conciencia y un destino, nosotros somos ricos de nosotros
mismos.
El Colgado nos
dice, el tiempo está suspendido, nos paraliza
las cosas, nada avanza, la rueda de la vida parece haberse parado, esperamos
algo.
La Muerte nos
dice todo tiene un fin, así es como la naturaleza y el mundo se regenera sin cesar. Todo aquí
abajo se para, desaparece o muere,
tarde o temprano, para que otra cosa nazca, surja o se manifieste, esta es la
ley de la vida. Y nos recuerda que no estaremos aquí eternamente.
La
templanza, la
revelación ¡Maravilla de las maravillas!, al ser liberado de todas las
cadenas
que le ataban en los ciclos sin fin, aprendemos a fluir, nos adaptamos a las circunstancias.